Tres anillos para los reyes elfos bajo el cielo. Siete para los señores enanos en casas de piedra.
Nueve para los hombres mortales condenados a morir.
Uno para el señor oscuro, sobre el trono oscuro
en la tierra de mordor donde se extienden las sombras.
Un anillo para governarlos a todos.
Un anillo para encontrarlos.
Un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la tierra de Mordor donde se extienden las sombras
Sabiduría
Nunca digas todo lo que sabes,
nunca hagas todo lo que puedes,
nunca creas todo lo que oyes,
nunca gastes todo lo que tienes.
Porque quien dice todo lo que sabe,
hace todo lo que puede,
cree todo lo que oye,
y gasta todo lo que tiene,
un día dirá lo que no debe,
hará lo que no sabe,
juzgará lo que no ve,
y gastará lo que no tiene.
"....Y el sol brillara por las endijas de tu teclado!"
Una noche muy especial
Es curioso como vamos por la vida peleándola día a día, enfrentando los quilombos con una fuerza que sacamos quien sabe de donde y a veces hasta llegamos a un punto en el que nos creemos casi omnipotentes , nos sentimos bien, tan bien que le seguimos dando con todos los bríos, tan bien que nos convencemos plenamente que estamos súper bien...
Y de pronto, estamos disfrutando de una linda cena y una amena charla con un amigo, con alguien que nos quiere y que nos conoce tal vez más que nosotros mismos, y que tiene la habilidad, a través de una palabra, de un gesto o de una mirada, de pegar en el lugar justo para abrir alguna de nuestras múltiples e inconscientes corazas y mostrarnos algo que tenemos muy adentro, algo que duele y que algún desconocido mecanismo de autodefensa ocultó en lo más profundo de nuestro inconsciente.
Eso me pasó anoche, fue muy shockeante y por lo que puedo recordar es la segunda vez que me pasa en la vida, la vez anterior fue hace muchos años, también en una charla con dos amigos muy queridos donde salieron a flote cosas inesperadas.
Lo de anoche fue bueno y doloroso, fue bueno tomar conciencia, fue muy doloroso recordar, la angustia me cerraba la garganta, durante quince minutos no pude esbozar palabra alguna, me invadieron muchas sensaciones encontradas, sorpresa, incredulidad, dolor, mucho dolor y luego del desahogo llegó el alivio, la serenidad, la maravillosa sensación de saber y entender el porqué de algunas cosas, de conocerme un poco más, de tomar conciencia que seguramente hay muchas más cosas escondidas, que tengo que encontrarlas y liberarlas porque mientras no lo haga me van a joder, aunque sea a nivel inconsciente porque no me voy a dar cuenta pero me van a joder igual.
En conclusión me alegro de haber vivido la experiencia, me gustó sentir su intensidad, me gustó darme cuenta, porque en algún momento de nuestras vidas nos tenemos que dar cuenta que para vivir plenamente no podemos engañarnos a nosotros mismos, no podemos pretender ignorar y guardar en un rincón oscuro, donde no las veamos, las cosas que nos hirieron, no, lo que tenemos que aprender es que las cosas dolorosas hay que enfrentarlas, sufrirlas en el momento y punto, dejarlas atrás y seguir el camino con la mochila más liviana y la alegría de vivir en el corazón.
Si alguno se siente preocupado por lo que acabo de contar, no lo haga, estoy perfecta, me saqué un peso de encima, me siento feliz, y porque no, también un poquito orgullosa de haberlo logrado.
Y a vos Charlie, gracias, por lo de anoche y por las miles de otras noches en que supiste enseñarme un pedacito del camino.